Para cambiar hay que seguir cambiando

“No pocos adversarios y periodistas alimentaron desde los años noventa una animadversión desmedida por ese hombre de ciencia del que se desprende un lenguaje político sencillo, sensible y realista. Les irrita la peligrosa y simple soltura con que habla y se mueve en sus celosos territorios políticos (…). Tabaré ha roturado como nadie las fronteras aparentemente inexpugnables de los partidos tradicionales, con más de un siglo y medio en el poder y en el entramado social del Uruguay. Aún ignoran cómo ocurrió, cuál fue la forma en que este médico oncólogo del que suelen burlarse con soberbia, no sólo emergió del pobre barrio obrero de La Teja para convertirse en un dirigente político al que ´no hay con qué pegarle´, como ha dicho más de un resignado, sino que además es el máximo dirigente de la izquierda uruguaya”.

jueves, 1 de marzo de 2012

Para cambiar hay que seguir cambiando


“No pocos adversarios y periodistas alimentaron desde los años noventa una animadversión desmedida por ese hombre de ciencia del que se desprende un lenguaje político sencillo, sensible y realista. Les irrita la peligrosa y simple soltura con que habla y se mueve en sus celosos territorios políticos (…). Tabaré ha roturado como nadie las fronteras aparentemente inexpugnables de los partidos tradicionales, con más de un siglo y medio en el poder y en el entramado social del Uruguay. Aún ignoran cómo ocurrió, cuál fue la forma en que este médico oncólogo del que suelen burlarse con soberbia, no sólo emergió del pobre barrio obrero de La Teja para convertirse en un dirigente político al que ´no hay con qué pegarle´, como ha dicho más de un resignado, sino que además es el máximo dirigente de la izquierda uruguaya”. (1)

Poco después de la convocatoria que se realizó en La Teja para pedirle a Tabaré Vázquez que vuelva a la política, la consultora Cifra realizó una encuesta que dio a conocer en el informativo de canal 12, pero que tuvo, curiosamente, poca repercusión en otros medios. Ante la pregunta “¿Ud. personalmente preferiría que Vázquez sea candidato o que se retire?” (2), el 44% preferiría que Vázquez lo fuera y un 2% adicional, de forma espontánea, dijo que quiere que sea presidente. Sumadas ambas cifras, se puede concluir que hoy el 46% querría que Vázquez participe como candidato por el Frente Amplio en las próximas elecciones. Un 12% preferiría que Vázquez vuelva a la política pero no sea candidato presidencial, un 24% querría que el retiro que anunció hace un par de meses sea definitivo y un 18% restante no tiene opinión al respecto.

Indaguemos, muy superficialmente, las razones por las cuales Vázquez debiera ser el próximo candidato en las elecciones de 2014. El gobierno del Frente Amplio del 2005 no heredó únicamente la administración
Batlle, sino todo el peso de la historia de fracasos políticos, económicos y sociales que dirigentes colorados y blancos impulsaron a lo largo de todo el país. “El fenómeno de la pobreza de ingresos en Uruguay ha estado fuertemente ligado a los hogares con menores de 18 años” (3), afirman Rodrigo Arim y Andrea Vigorito en un trabajo realizado por el Instituto de Economía, “Un análisis multidimensional de la pobreza en Uruguay 1991-2005”. Es decir, las familias más vulnerables fueron las más golpeadas y por varias generaciones. Preguntémonos si aún asistimos a las consecuencias de aquellas nefastas políticas.

Y agregan: “Desde los últimos años de la década de 1990 se evidenció una caída en el valor real del ingreso de los hogares y un aumento de la desigualdad y la pobreza, tendencia que se vio fuertemente agudizada a partir de 1999, cuando la economía uruguaya experimentó una fuerte recesión. La pobreza de ingresos exhibió un fuerte incremento durante la crisis. Esta tendencia creciente recién comenzó a revertirse ligeramente en 2005, a pesar de que la reactivación de la actividad económica comenzó en 2003” (4).
Incluso durante dos años, previo a la asunción de Tabaré Vázquez, el gobierno de Batlle no tuvo interés en intentar revertir la situación de miles de familias que paulatinamente engrosaban las estadísticas de “nuevos pobres”.

También entre aquellos años el salario mínimo nacional entre 1990 y 2005, fue considerado una verdadera vergüenza/país. Los aumentos tri mensuales oscilaban entre 100 y 200 pesos, mientras que en otras ocasiones, por ejemplo entre 2000 y 2002 los aumentos, por decirlo de algún modo, fueron
excepcionalmente anuales (5). En 2005 la situación se modifica, no con absoluta profundidad, pero se denota otra voluntad política. En aquel año el aumento supera el 100%. A partir de 1995 aumenta el desempleo a dos dígitos y así se mantuvo hasta 2006. El país conoció cifras, altas, como 17% de desempleo. En ese año, el salario mínimo nacional se paseó entre 525 y 625 pesos. Había que hacerse de
un manual de supervivencia (6). Actualmente, el desempleo se ubica en 5,7%, mientras que la tasa de actividad asciende a 62,5% (7). ¿Magia?

Pero qué margen tenían miles de trabajadores si los gobiernos anteriores no convocaban los consejos de salarios, esas olvidadas comisiones tripartitas integradas por el gobierno, sindicatos y empleadores, que tienen la facultad de fijar salarios mínimos por categoría y por rama de actividad. “Los consejos de salarios están previstos en una ley de 1944. Estos consejos tuvieron actuación en tres etapas. Primero desde su creación en 1943-44 hasta 1968, fecha en la que se inicia la etapa de subordinación de lo social a determinadas políticas económicas.¿Y que pasó cuando se reconvocaron en 2005? En un país donde casi no había negociación colectiva, de la noche a la mañana, como por arte de magia (o habría que decir “por arte de convocatoria”), tuvimos a casi todo el país negociando en casi todas las ramas de actividad. En verdad nadie había creído - ni siquiera los más fervientes partidarios de los consejos de salarios pensaron - que en el fondo “iba a ser tan fácil”, pero lo cierto es que de la noche a la mañana todo el mundo negoció y
en casi todas las ramas de actividad hubo acuerdos o decretos sustitutivos” (8), nos señala el abogado y profesor Ermida Uriarte.

Y más aún: según la revista Políticas, que toma datos del Informe Coyuntura del Instituto de Economía 2010-2011, “en el período 2004-2010 la economía uruguaya creció de forma continua a un ritmo promedio de 6,2% anual, muy por encima del promedio histórico (cercano al 2%). En 2010 el pib alcanzó los
40.357 millones de dólares, y el pib per cápita ascendió a 12.023 dólares” (9).

Otra: “mientras que en 2004 el gasto público social fue de 19,5% del producto,
en 2010 fue de 22,9% y se proyecta que para 2014 llegará al 24,2% de un pib sustancialmente mayor” (10), según publica la revista Políticas. Y escuchamos al ministro de Economía y Finanzas, Fernando Lorenzo, entre editoriales y columnistas tiroteando la interna del gobierno (porque de otra cosa no pueden hablar) que “este proceso de ajuste conducirá a que en el 2014 tengamos cinco puntos del PIB de recursos adicionales aplicados sobre políticas sociales” (11).

No se puede olvidar, además, el 4,5% del PBI que el primer gobierno del FA destinó a la educación pública (¿recuerdan el gasto cero de administraciones anteriores?) y a la vez intentando no romper los compromisos políticos y comerciales con el exterior. Se podía. Se pudo, incluso a pesar de las declaraciones de los retractores que aseguraban que el país tenía serios problemas de gestión por culpa de los funcionarios públicos, eternos pedidores y expertos en el reclamo. “Ellos hacen como que trabajan y yo hago como que les pago", habría dicho el ex presidente Luis Alberto Lacalle sobre los empleados del Estado.

Contra el pesado elefante estatal, contra el normal ritmo cardíaco uruguayo y las serias dificultades socioeconómicas, el primer gobierno del Frente Amplio, encabezado por el entonces presidente Tabaré Vázquez, tuvo capacidad de gestión, de gestionar políticas que modificaran la vida de los uruguayos.

Hubo cambios en la gestión de la salud. Pregunten sino a aquellos que de no ver durante años ni las sombras de sus propias manos, pudieron conocer el celeste del cielo, el horizonte del mar.

No olvidar, por último, pero no por ello menos importante, el ingreso a los predios militares y hallazgos de los restos de ciudadanos desaparecidos. No se tomó como una victoria, sino como la responsabilidad que tenía cualquier presidente en aplicar una horrenda ley. Ni eso fueron capaces de lograr las administraciones pasadas. Habría que preguntarse por qué.

Y habría que preguntarse por qué, además, ocurrieron cosas como estas. “(…)Tabaré recordó una historia muy dolorosa que le contó el maestro de una escuela de Barrio Cadorna o muy cerca de ahí. Le dijo que estaba muy preocupado por la situación de algunos niños con problemas graves de higiene, de parásitos y piojos. El maestro le contó que fue a la casa de uno de los niños, en un asentamiento, y lo recibió la madre. Entonces, el maestro le preguntó a ella si no era posible bañar al niño una vez por semana. Dice que la madre lo miró y le respondió con una sola frase: `Si tuviera agua, le haría una sopa´” (12).

Que Tabaré vuelva a la política depende sólo de él y no volver al pasado depende mucho de nosotros, ciudadanos de izquierda, que además de sentirnos satisfechos con tener un dirigente en las filas del FA que encante a buena parte de la población, debiéramos hacer lo posible porque el proyecto político sea el primer candidato.




(1) Del libro Tabaré Revelado, de Mario Delgado Aparaín y Nicolás Scafiezzo,
editorial Sudamericana, 2004, página 62
(2) http://www.cifra.com.uy/novedades.php?idNoticia=153
(3)http://observatoriosocial.mides.gub.uy/mides/portalMides/portalMides/
Documentos/documento_mides_72.pdf
(4) ídem
(5)http://www.google.com/url?
sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&ved=0CB8QFjA
A&url=http%3A%2F%2Fwww.ine.gub.uy%2Fbanco%2520de
%2520datos%2Fims%2FIMS%2520S-M-N%2520A.xls&ei=1-
3gTq_JGMHugge5raH_BQ&usg=AFQjCNH5l6H94zD6rRiJOLokWMIicgj2rQ&si

g2=GmpFPae7jwKP4pAFsYcNVA
(6)http://www.google.com/url?
sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=2&ved=0CCkQFjAB&url=http%3A%2F
%2Fwww.ine.gub.uy%2Fbanco%2520de%2520datos%2Fact_empydesem%2F
EV_ACT_Montevideo%2520A.xls&ei=3u_gTq6UMMqRgQfzxtyKBg&usg=AFQj
CNENxTX7bwGvkANKF9jlnvBR7ffG1g&sig2=7ryPMYOULqvIJFt3Zh-VNw
(7)http://www.presidencia.gub.uy/wps/wcm/connect/presidencia/
portalpresidencia/comunicacion/comunicacionnoticias/baja-desempleo
(8) http://www.upf.edu/iuslabor/042006/LatinoamericaOscarErmida.pdf
(9) Revista Políticas, octubre 2011, año 1, número 1
(10) Ídem
(11) Ídem
(12) Del libro Tabaré Revelado, de Mario Delgado Aparaín y Nicolás Scafiezzo,
editorial Sudamericana, 2004, página 134

Primeros, siempre

Portada de El País del 12 de abril de 2011
“Noticia es un hecho verdadero, inédito o actual, de interés general, que se comunica a un público que pueda considerarse masivo, una vez que ha sido recogido, interpretado y valorado por los sujetos promotores que controlan el medio utilizado para la difusión”, afirma Martínez Albertos (1). Y agrega: “La noticia en sentido amplio es una materia prima sobre la que los profesionales de la comunicación periodística pueden trabajar con una de estas tres disposiciones psicológicas: la información, la interpretación y la opinión” (2).

La noticia publicada describe el conocimiento que un individuo tiene del contexto en el que vive y al respecto asume una postura. La postura del periodista. La avidez por consumir información, gratuita y masiva, no es novedad. A la hora de jugar rápido pueden cometerse errores. Todo por la competencia, por ser primeros. Dos ejemplos bastan para intuir que estos problemas continuarán, de no bajar la pelota y mirar para los costados.

En abril de 2011, el diario El País tituló que el “Plan Ceibal hará poco para mejorar calidad educativa” (3). El diario asume esto bajo la lectura que uno de sus periodistas realiza de un documento proporcionado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), informando que “analizó la incidencia de las computadoras en la educación y criticó el Plan Ceibal. Resaltó la necesidad de capacitar a los docentes y afirmó que dotar a los planteles de más máquinas hará poco para mejorar la calidad de la enseñanza”.

Días después, el BID comunica que el informe que presentó sobre escuelas y computadoras en la región, no aludía al Plan Ceibal (4).

El BID agrega que al contrario, el Plan Ceibal “logró reducir la brecha digital en la educación primaria de este país. Confiamos en que Uruguay continuará posicionándose como un referente para la región en esta agenda”. ¿Entonces, qué fue lo que leyó el periodista?

El error más grueso y evidente fue el de noviembre de este año, tras las repercusiones por los dichos del presidente francés respecto a que Uruguay integraba una lista de paraísos fiscales. Subrayado informó – repitió y repitieron otros - (5) que “fuentes diplomáticas aseguraron que Mujica llamó el fin de semana a la presidenta argentina aunque no trascendió el tenor de la conversación”. Y agregaba que el 11 de noviembre Mujica viajaba a Argentina y que “la ocasión podría ser adecuada para una entrevista con Fernández”.

A la brevedad, el presidente respondía que no se comunicó con la presidenta de Argentina, Cristina Fernández. Mujica, posteriormente, viajó a Buenos Aires donde recibió un reconocimiento por parte de la Universidad de Lanús.

Pero la metida de pata continuó. A partir de la publicación de este “desmentido”, hubo medios que habiendo publicado y repetido que Mujica había llamado a Cristina, “debieron” publicar que Mujica negaba haber realizado ese llamado (7). ¿En qué quedamos? ¿Y las fuentes?

Dejo este párrafo reflexivo de María Teresa Ronderos, directora de semana.com, edición online de la revista Semana de Colombia. “El periodista tiene que verificar y verificar. Si tiene una versión de las cosas, pregunte por la otra. Tiene una acusación de alguien, pregúntele al acusado qué opinión tiene al respecto. La segunda herramienta que tiene el periodista es usar muchas fuentes, contrastar y comparar las fuentes. Cualquier evento, así sea el más sencillo, como un accidente aquí en la esquina cuando un automóvil estrelló a otro, la única manera de saber qué paso es consultar con muchas personas. Y la tercera tiene que ver con contarles a los lectores de dónde salió la información. Es muy importante ser leal con los lectores y decirles que esa información la saqué de tales y tales sitios en Internet. Así no puedas mencionar una fuente, por lo menos hay que mencionar la entidad a la que pertenece. Si uno cumple con esas tres normas en el periodismo, está del otro lado. Es muy probable que haga buen periodismo” (8).

Recordando a Martínez Albertos en su definición de noticia, decía que para que lo sea, el hecho debe ser verdadero. En los dos casos anteriormente descriptos no lo fue. Hay razones comerciales, a mi entender, que están obligando a los periodistas a trabajar a altas velocidades. Se pone en juego la credibilidad.
Este tema será para otra columna.

Me quedo con este lejano e inexistente diálogo entre dos hombres de la prensa del mundo, el dramaturgo y novelista irlandés Oscar Wilde (1854-1900), quien concluyó que “hay mucho que decir en favor del periodismo moderno. Al darnos las opiniones de los ignorantes, nos mantiene en contacto con la ignorancia de la comunidad”, mientras que el escritor británico, Gilbert Keith Chesterton (1874-1936), aseveraba afirmando que “el periodismo consiste esencialmente en decir 'lord Jones ha muerto' a gente que no sabía que lord Jones estaba vivo”.

(1) Martínez Albertos, Luis. Curso general de redacción periodística. Madrid:
Paraninfo. 1993. Pag. 288
(2) Martínez Albertos (op.cit.) Pag. 56
(3) http://www.elpais.com.uy/110412/pnacio-559546/nacional/plan-ceibal-
hara-poco-para-mejorar-calidad-educativa/
(4) http://archivo.presidencia.gub.uy/sci/noticias/2011/04/2011041307.htm
(5) http://www.youtube.com/watch?v=C-xFaqxTajw
(6) http://portalbeta.presidencia.gub.uy/wps/wcm/connect/presidencia/
portalpresidencia/comunicacion/comunicacionnoticias/desmentido-presidente
(7) http://www.elpais.com.uy/111107/ultmo-604886/ultimo-momento/mujica-
nego-contacto-con-cristina-fernandez/
(8) http://www.saladeprensa.org/art856.htm